
Texto original por Alice Sparkly Kat
Traducción por Anna Fux
No existe tal cosa como “energía” masculina o feminina. ¿Qué mierdas es “energía” masculina o feminina?
Sé lo que es la energía. La energía es el movimiento de electrones. Une tiene lo que comúnmente es considerado energía positiva, cuando hay una ausencia de electrones respecto protones, de la misma manera, une tiene lo que comúnmente es llamado energía negativa, cuando hay presencia de electrones frente a protones. Sin embargo, tenemos que recordar que el denominar estas partículas energéticas es especulativo. Los electrones no son realmente negativos, ni representan lo que comúnmente asociamos con la negatividad: melancolía, pasividad, oscuridad. Los electrones son sencillamente… partículas.
Sé a lo que se refiere la gente cuando dice “energía” masculina o femenina. La gente no habla de la performance social de género, sino más bien de los sentimientos que esas representaciones de género crean en elles mismes. Elles hablan sobre sus propias reacciones al género. Cuando asumimos que nuestras propias respuestas emocionales al género son universales y usamos vocabulario espiritualmente esencialista para describirlas, estamos imponiendo nuestras propias reacciones a otres.
El sistema occidental de género no está, de ningún modo, relacionado con i ching o yin y yang. Sé que cuando hablamos de Occidente, a menudo hablamos sobre cómo es excesivamente binario o lineal, pero el sistema occidental de género realmente no es tan binario o lineal. Occidente es más bien un collage sin ninguna verdadera estructura, pero con apariencia lógica. El concepto occidental de femineidad, por ejemplo, fue una invención muy reciente y fue inventado para describir mujeres blancas. La mujer fue imaginada como una categoría de ser, más gentil y sensible, y a la vez, dicha sensibilidad fue vinculada a la blanquitud. No obstante, esta sensibilidad no excluía al hombre blanco, porque los hombres blancos en ocasiones se oponían a las mujeres blancas para imaginarse a sí mismos como protectores de la blanquitud, en vez de encarnar a ésta.
Yin y yang no va de normas de género occidentales. Yin y yang tiene su propio bagaje de género del contexto cultural en el que se desarrolló. Yin y yang no es estático, más bien tiene diferentes significados en diferentes periodos temporales. Hay veces que yin y yang es confuciano, y otras, que es taoísta. Yin y yang no son monolíticos, sino sincretistas. Nunca vamos a obtener una respuesta firme sobre lo que es yin y yang, porque yin y yang no es firme. Yin y yang no es validado, sino reñido por su uso.
Yin y yang es una dicotomía, lo cual es muy distinto a un binarismo. Lo binario polariza un tema para consolidar su estructura preexistente. Las dicotomías contrastan orientaciones alrededor de un tema y sugieren que no hay certezas en ninguna orientación: sugieren que solo existen certeza en la contradicción. Las dicotomías son juegos lógicos que nos ayudan a hacer el trabajo de pensar. Los binarismos son atajos estéticos que reemplazan el pensamiento.
Cuando piensas en yin y yang como algo binario, estás jugando al viejo juego de reutilizar temas asiáticos para reafirmar Occidente. Cuando usas yin y yang como una dicotomía, por contrario, puedes usarlo para desarmar Occidente. No uses yin y yang para hablar de normas de género occidentales. No le tengo ningún afecto a la pureza cultural de yin y yang, pero usarlo para hablar de normas de género occidentales es lo menos creativo que puedes hacer.