Colonización, mercantilización y ascenso del Yoga
Opinión
/ 12.11.20

Texto original por Chiraag Bhakta y Ariana King
publicado en Far_Near
Imagen por Chiraag Bhakta
Traducción por Anna Fux

Los orígenes del Yoga

La palabra “yoga” proviene del verbo Sanskrit “yuj”, que significa unir o juntar. Hace referencia a la unión divina. Shri Brahmananda Sarasvati define el yoga como “un estado en el que nada falta”. No es una religión, sino más bien una disciplina y una parte de una filosofía antigua con más de 5000 años de recorrido. El Yoga es practicado a lo largo de tradiciones budistas, hindúes y jainistas. Si bien no hay registro escrito del inventor del Yoga, los archivos más tempranos fueron los Yoga Sutras de Patanjali redactados hace más de 2000 años. Anterior a su redacción la transmisión de la filosofía entre estudiantes y profesores fue oral.

Shri Brahmananda Sarasvati define el yoga como “un estado en el que nada falta”. No es una religión, sino más bien una disciplina y una parte de una filosofía antigua con más de 5000 años de recorrido

Medical News Today expone las seis ramas del yoga:

  • Hatha Yoga: Esta es la rama física y mental, diseñada a primar el cuerpo y la mente
  • Raja Yoga: Esta rama involuctra la meditación y el estricto cumplimiento de una serie de pasos disciplinarios conocidos como las “ocho extremidades” del yoga.
  • Karma Yoga: Es un camino de servicio que se propone crear un futuro libre de negatividad y egoísmo.
  • Bhakti Yoga: Se propone establecer el camino de devoción, una forma positiva de canalizar emociones y cultivar aceptación y tolerancia.
  • Jnana Yoga: Esta rama trata la sabiduría, el camino del erudito, para desarrollar el intelecto a través del estudio
  • Tantra Yoga: Es el camino del ritual, de la ceremonia o consumación de una relación.

Medical News Today indica que “la tradición empezó a ganar popularidad en Occidente al final del siglo 19. Una explosicón del interés del Yoga de posturas ocurrió entre los 1920 y los 1930, primero en la India, más tarde en Occidente”.

La mercantilización del Yoga

El Yoga está tan arraigado en la cultura popular occidental a día de hoy que “yogis” occidentales tienden a pasar horas de su vida en la postura del “Perro boca abajo” sin jamás pausar a considerar el contexto histórico de la práctica. La mayoría de profesionales entienden que el Yoga proviene de la India y tienen alguna consciencia de sus raíces religiosas y espirituales. Sin embargo, el yogi promedio está más familiarizado con Lululemon, Bikram y Adriene Mishler que con Rig Veda. Entonces, ¿cómo ha llegado el Yoga a ser asociado con pantalones apretados y mujeres blancas saludables?

¿cómo ha llegado el yoga a ser asociado con pantalones apretados y mujeres blancas saludables?


Según una publicación del blog Eventbrite del año 2019 dedicado a instructores de Yoga en los Estados Unidos: “El Yogi promedio gasta 62,640 dólares en su vida en clases, talleres y accesorios. Eso son casi 90 dólares al mes”. La industria global del yoga tiene un valor de 80 billones de dólares estadounidenses en 207, según The Guardian. Este año, tan solo la industria del Yoga estadounidense prevé una ganancia de 11,5 billones de dólares estadounidenses, según Statista. Es más que irónico que una práctica altamente espiritual sea una fuente de beneficios tan prolífica. Y aún así, desde su introducción al capitalista Occidente, el Yoga se ha convertido en una industria multibillonaria, en contínuo aumento de popularidad en el mercado del bienestar.

Esta mercantilización del Yoga es el núcleo del proyecto del año 2014 del artista Indio-Estadounidense Chiraag Bhakta,  que fue hospedada por el Museo de arte asiático de San Francisco en colaboración con el Smithsonian, en su exposicón itinerante “Yoga, el arte de la transformación”. Según Bhakta: “El Yoga ahora se encuentra en una posición irónica: colonizado y mercantilizado, aquella tradición arraigada en desprendimiento y ecuanimidad ha sido apropiada por una posesividad avariciosa. Titulé mi trabajo #WhitePeopleDoingYoga”

En la declaración del artista, Bhakta escribe lo siguiente sobre la inspiración de su exposición:

Me empecé a interesar en cómo la práctica Yogi estaba siendo explotada y comercializada; tanto en cómo la cara sudasiática de la disciplina estaba siendo eliminada en el branding y el retrato de la práctica y cultura. Ahora, una búsqueda de imágenes de “Yoga” principalmente muestra imágenes de personas blancas en varias posturas, seguido por imágenes de perros y gatos haciendo lo mismo”

“… La cara y voz sudasiática queda relegada a una caricatura exótica – cartoons, la adopción de nombres Sudasiáticos por occidentales blancos, creaturas místicas, Dioses Hindúes. Un estudio del la revista Yoga Journal descubrió que a lo largo de dos años, no había habido ni una vez la cara de una persona sudasiática en la portada y menos del 1% de los colaboradores del contenido eran sudasiáticos.”

El objetivo de Bhakta no es necesariamente criticar a las personas blancas por practicar yoga, sino más bien abordar la mercantilización occidental y la ignorancia de la historia colonial que ha resultado, una vez más, en el enriquecimiento desproporcional por parte de personas blancas a partir de recursos facilitados por personas racializadas. El Yoga es solo un ejemplo. Lo que hace el Yoga particularmente interesante para Bhakta es la consistente asociación positiva con ello. En una entrevista con FAR_NEAR, Bhakta compartió los siguientes pensamientos:

“Me parecen bien las personas blancas conscientes, que practican Yoga con un buen entendiendo de su historia colonial, pero sigo queriendo asegurarme de que entiendan a qué contribuyen. Hay un bonus extra si la plataforma además es usada para elevar y empoderar comunidades racializadas. Pero hay gente que vive del Yoga sin siquiera saber la historia. Si realmente supieras la historia, you would slow that shit down”.

A sample of yoga paraphernalia featured in Bhakta’s 2014 exhibit, «#WhitePeopleDoingYoga» (Photo by Chiraag Bhakta)

“Ya que las personas blancas han acaparado el mercado, ¿de qué manera se puede practicar el yoga sin atravesar la supremacía blanca? En la mayoría de los casos, si quieres consumirlo, ocurrirá forzosamente a través de una perspectiva blanca”.

La cultura de la supremacía blanca es restregada de tal manera en tu cara con márketing agresivo como una norma cultural que aquellos que no quieran participar en ello, serán eclipsados. Asi que, como no puedes separar capitalismo de supremacía blanca, esta naturaleza competitiva siempre va a intentar dominar. La colonización es un ejemplo de cómo eso ha sido mostrado al mundo. Es la única manera en la que el capitalismo se relaciona. Cuando el capitalismo se encuentra con algo que no se rige por la competición o dominación, por ejemeplo, un objeto cultural o una práctica espiritual, ésta es colonizada. Irónicamente esto es justo lo contrario en lo que se basa el Yoga. De esta manera no solo está siendo apropiado, sino también pervertido.

Entonces, dicho esto, ¿hay realmente una forma en la que una persona blanca consciente puede practicar yoga sin contribuir a la colonización?

“Si el Yoga te ayuda, hazlo. Pero no tienes que caer en el márketing de ello; yo apoyo sin duda el compartir culturas”, dice Bhakta. “Una vez estemos antes un intercambio de dinero hacia una compañía o individual totalmente inconsciente– eso es difícil– allí estás contribuyendo. Y tú eres parte del problema”.

Hindutva, otra voz de la supremacía blanca.

Bhakta explica en la entrevista que la relación entre el Yoga y la supremacía blanca va más allá de estudios de yoga burgueses. El Yoga es usado como herramienta de Hindutva – nacionalismo hindú– otra voz de la supremaciía blanca, que es codificada a través de políticas del Primer Ministro indio Narendra Modi.  Éste ha usado la soft power del Yoga para promover la cultura india y su agenda internacionalmente a través de varios eventos y campañas. Día 21 de junio de este año, las Naciones Unidas celebraro el sexto Día Internacional del Yoga, un festivo no oficial que fue establecido por una resolución de la Asamblea General durante el primer año de gobierno de Modi.

Básicamente, dice Bhakta, es fundamental ser consciente de los sistemas y estructuras a las que puedas contribuir, incluso cuando se trata de algo aparentemente tan benigno o “positivo” como el Yoga. Lo compara con la filosofía Jain que sus padres siguen, según la cual todo lo vivo tiene un alma, incluso bacterias. “(Mis padres) Intentan ser conscientes de cada paso que dan y evitan matar lo que sea cuando pueden”.

Con el racismo tan arraigado en estructuras e instituciones, esta filosofía contiene mucha sabiduaría para todos nosotros. Como sugiere Bhakta, siempre que estás en contacto con el sistema, considera pausar un momento para preguntarte: “What the fuck are you stepping on?”